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“…si
la
energía
eléctrica
pertenecía al pueblo de Costa
Rica, con mayor razón tendría
que ser costarricense la energía
generada por hidrocarburos”.
F
rancisco J. Orlich.
El balance comenzó a sentirse
en los años 70, cuando la
producción de los EEUU llegó
a su pico y empezó a declinar.
Varios países latinoamericanos
formaron empresas con el fin de
defenderse en esta industria tan
estratégica. Pemex fue la primera,
luego vinieron empresas de gran
éxito como Petrobras de Brasil y
Ecopetrol de Colombia.
Conociendo esta situación, la
Administración Francisco J. Orlich,
según relata don Hernán Garrón en
su libro “Historia de un Contrato”,
trató de que se construyera una
refinería estatal en Costa Rica bajo
la premisa de que: “…si la energía
eléctrica pertenecía al pueblo
de Costa Rica, con mayor razón
tendría que ser costarricense
la
energía
generada
por
hidrocarburos”. El contrato inicial
establecía que la participación del
Gobierno en RECOPE, aumentaría
gradualmente hasta que asumiera
el 100% del capital accionario
en 25 años. Ese proceso se
completó antes, a fines del 1973
y fue sancionado por la Asamblea
Legislativa en los primeros meses
de 1974.
Se había logrado el propósito
fundamental: romper la cadena
vertical que hacía imposible
controlar los precios de los
hidrocarburos y dar un paso
adelante
en
la
soberanía
energética. El segundo paso se
dio en setiembre de 1975 cuando,
aprovechando el fuerte brazo
financierode RECOPE, ya enmanos
del Estado, se nacionalizan las
compañías distribuidoras. RECOPE
vendió las estaciones de servicio
a los antiguos concesionarios de
las trasnacionales y los camiones
cisterna a las antiguos choferes,
con un financiamiento oportuno
del Banco Nacional y se creó así,
el sistema mixto costarricense
del petróleo que aprovecha
las fortalezas del sector estatal
y el dinamismo de muchos
empresarios costarricense que
crecieron a partir de ese momento.
Hoy, 50 años después, nuevamente
seplantea lanecesidaddeunnuevo
proyecto para la modernización
y ampliación de la refinería, esta
vez el objetivo es construir una
planta con 16 unidades de alta
conversión para la producción
de combustibles cada vez más
amigables con el ambiente; que
a su vez, facilitará la introducción
de nuevas alternativas como los
biocombustibles y el gas natural,
todo con el fin de diversificar la
matriz energética nacional, de
acuerdo con el Plan Nacional de
Energía.
Como en aquellos años, quienes
se
ven
amenazados
atacan
fuertemente la actividad de
refinación,
pero
el
interés
nacional debe prevalecer ante los
intereses particulares, por lo que
el proyecto se ha sometido en
forma transparente al escrutinio
de todos los actores sociales. Se
cuenta con el respaldo de firmas
internacionales de gran prestigio
que siguen apuntando a que este
es un proyecto de primer orden,
con una rentabilidad asegurada,
y con múltiples beneficios para el
país, que deben ser evaluados y
pormenorizados, a fin de que se
50 AÑOS DE HISTORIA